La vida es arte

La vida es arte

sábado, 16 de julio de 2016

Has de ser siempre diamante.

Me levanté de mi asiento para ir a llamarla a la puerta -los médicos deberían hacerlo siempre, no llamar a gritos desde su escritorio-, sé bien cuál es su nombre, pero por ahora, querido Sancho, sólo vamos a llamarla Dulcinea. No pasa de los veintidós, su forma de caminar con un braceo discreto y las palmas de las manos "viendo" hacia atrás me revelaron a una muchacha tímida (los tímidos son cajas de pandora). Sus pasos eran suaves y silenciosos. Se sentó, yo también, le ofrecí mi mano desde el otro lado del escritorio (los escritorios son el primer obstáculo en la relación médico-paciente), y ella me dio su mano orientada con la palma hacia arriba, lo que me dejó entrever un carácter frágil, quizá baja autoestima... en fin, sólo eran suposiciones mías. Empezó a decirme sus problemas.

Presentaba dolores de cabeza desde hacía dos semanas. No conseguía dormirse a la hora habitual, sino que se quedaba dando vueltas a asuntos en su cama viendo el techo hasta las 3 a.m. Había perdido el apetito, y le costaba concentrarse en sus estudios (porque Dulcinea no sólo es una princesa sino también estudiante universitaria). Traía los resultados de laboratorio, que indicaban que todo andaba bien, excepto por una hemoglobina ligeramente baja. 

-¿Qué tengo?- me preguntó.
-Deme un momento, volveré a ver los exámenes- le respondí y agaché la vista para analizar el papel.
-¿Me dará paracetamol?-soltó una leve risa de rata. Sin levantar la cabeza la observé por encima de mis anteojos. Al parecer se sintió mal y se disculpó.
-Solamente necesito saber algo más -le dije-. ¿Tiene usted algún problema en casa, o con sus amigos, con su novio?-pocas, muy pocas veces escuché a mis colegas hacer esa pregunta, normalmente se le da al paciente unas pastillitas de tramadol.
-No, no tengo esa clase de problemas- dijo, mientras se rascaba la nuca y la nariz alternadamente.
 
Al verme permanecer en silencio observándola, agachó la mirada y logré ver en sus ojos una lágrima.
Esperé a que levantara la vista de nuevo y le ofrecí mi mano. La tomó, la apretó con cierta fuerza (ella no sabía que me había fracturado recientemente y apenas me había quitado el yeso hacía una semana). 

-¿Por qué quiere saber?
-Porque le hará bien contárselo a alguien.
-¿Cómo lo sabe?
-No lo sé, sólo lo sospecho, uno no sabe las cosas, sino que las sospecha hasta que no se las dicen directamente.

Era su novio. Hacía tres años habían iniciado una relación, se conocieron en el súper, de esa forma que sale en las películas, cuando chocan, ella deja caer sus cosas y él le ayuda a recogerlas, entonces sus miradas se encuentran y se dan cuenta que el destino (¿existe el destino?) los quería juntos. Hubo besos, abrazos, y ante la seguridad de que estarían siempre juntos, también le entregó su cuerpo sin desunirlo del amor que le tenía. Así pasaron los días, los meses, y se amaban en esa manera incompleta de amor varias veces por semana.

 Pero en el último año él había estado esquivo, molesto por cualquier cosa, no reía como antes, no la elogiaba por cualquier cosa trivial, no le decía que sus blusas comunes la hacían ver única y especial. No buscaba sus caricias... y para ella eso dolía. De muchas maneras intentó de nuevo recuperar al chico del súper, pero no lo logró. Discusiones, lo típico, hasta que hace cuatro meses él en un arranque de ira le reveló que le había sido infiel, y que no quería más nada con ella. Con su corazón destrozado, se había decidido a olvidar y no amar nunca más. Una tarde él regresó a buscarla, entrado en tragos, y ella, que no lo había superado aún, lo recibió resignada, y volvieron a entregarse incompletamente uno al otro. Ella asumió que volvería a ser el mismo. A la mañana siguiente, ya no estaba. Y no ha vuelto más.

-No valgo nada -dijo viendo hacia el piso, mientras con un pañuelo secaba sus lágrimas y su nariz.
-Efectivamente no valés nada -le contesté-, valés todo.
-Es fácil para usted decirlo.
-Es fácil también para vos decir que no valés nada.
-No es cierto. Yo perdí todo.  Perdí mi valor, mi dignidad, a mí misma.
-¿Perdiste todo eso?
-Así es.
-Bueno, veamos.  Antes que te ocurriera todo, ¿qué eras?
-Una persona común- respondió con una leve sonrisa.
-¿Y entonces ahora, después de todo, ya no sos una persona?
-Bueno, sí, lo sigo siendo.
-¿Te gusta leer?
-Pues, un poco, ¿por qué?
-Hay un poema de Darío que habla sobre un diamante, y creo que aplica bien para tu caso.
-¿Qué poema es ese? ¿Qué dice?
-Bueno, no lo sé de memoria, pero puedo citarte el ejemplo. Veamos, habla sobre un diamante, uno muy hermoso, que cae en un fango, pero aunque haya caído ahí, no dejó de ser diamante. Bueno, el fango puede quitarse y el diamante sigue siendo lo que antes era.
-Yo no soy un diamante.
-Claro que lo sos.
-El diamante no tendrá ningún daño al caer al fango, yo sí.
-¿Quién te ha dicho que no lo tuvo? El hecho de que no se vea daño alguno en su superficie no significa que no lo haya tenido. Pero a lo que yo me refiero es que no dejó de ser lo que era. Y vos no perdiste tu dignidad, ni tu valor, simplemente te olvidaste de ellos, y los dejaste en manos de otro, un tuerto, en este caso. Pero siguen estando ahí, porque son tuyos, aunque no te podrán ser muy útiles mientras los dejés en manos de los demás, bella Dulcinea.

La chica me vio y guardó silencio un momento. Su faz había cambiado de apariencia. Cerró sus ojos por unos segundos, respiró profundamente y esbozó una sonrisa. Volvió a buscar mi mano, que aún estaba sobre el escritorio y me preguntó si era verdad lo que había dicho. "¿Te lo habría dicho si no supiera que es verdad?" le contesté. Sonrió de nuevo.

-Entonces, ¿no habrá paracetamol?-dijo graciosa.
-Creo que necesitás charlacetamol.
-¿Entonces puedo volver para charlar?
-Claro, pero en la próxima ocasión te atenderá mi esposa.

Dulcinea se fue sonriendo, jurando que leería el poema, y yo me quedé contento sabiendo que había logrado arar un poquito su alma.




miércoles, 13 de julio de 2016

Este 13 de julio los rockeros van al infierno

      ¿En qué pensás, querido Sancho, cuando escuchás la palabra rock? Probablemente, igual que muchos, has de pensar en gente vestida de manera muy extraña, con actitudes de rebeldía, personas perdidas en sexo y drogas, en escándalos, bulla y cosas semejantes. Todo esto, amigo mío demuestra ignorancia, o por lo menos mucha desinformación. El rock es arte, aunque te suene grotesco, aunque diga cosas que no te gustan, aunque no comprendás el estilo... y hoy, ¡hoy es nuestro día!

         El abuelo se llamó blues, el padre es rock and roll, y así podríamos llegar hasta el metal -auténtico diamante, y que ha de ser siempre diamante por más que el mundo lo manche de cieno. Desde los tiempos del gran Presley, las ovejas negras han sido vistas de mal manera, en forma reacia, pero siempre han llamado la atención. Se dice que al gran Sinatra no le gustaba este estilo, pero al final terminó cantando con Elvis, y lo que se vaticinaba como un género que no duraría más de cinco años, hoy se mueve en todos los ámbitos, desde el underground hasta lo más comercial, el rock fresa... sin embargo, sigue siendo incomprendido. 


          Para el mundo el concepto de música es bastante reducido, y sobretodo para la industria y el negocio, se resume en "aquello que se pueda vender a las masas como un producto". Quizá alguno que otro artista de rock se ha prostituido en este aspecto. Pero ha habido muchos otros que han logrado el éxito siendo fieles a sus estilos, y al decirlo pienso en Freddy, en Black Sabbath, en The Rolling Stones, AC/DC, incluso The Beatles, que fue comercial, nos dio maravillosas canciones. Y pensar que en su tiempo les dijeron que no llegarían lejos. La lista es amplia y sería difícil completarla.

         Para una oveja blanca es difícil comprender el sentimiento de un buen riff. La maravilla contenida en Bohemian Rhapsody, en el solo de Stairway to heaven, en el contenido del Breakthoven de Barón Rojo, en los dedos de Hendrix o Santana o en las letras de Maiden, que ya son cosas superiores. Por eso este género que ha parido muchos hijos es aún incomprendido. Por eso el mundo prefiere algo más compacto, menos elaborado, y se han decidido a mejorar siempre la calidad del sonido, sacrificando la calidad de la música como tal, su contenido, su elaboración... como sea, el rock sigue aquí haciendo arte, cultura, conciencia y siendo un estilo de vida.


          Y hoy, querido Sancho, hoy es el día de las ovejas negras, el día de los que van al margen del rebaño, con un par de audífonos y buena música. Una idea que surgió desde aquel mítico Live AID en el 85'. Y que nos soporte el mundo por mucho tiempo más. Que los vecinos hoy escuchen la buena música, la de nuestros reproductores. Que las ovejas negras hoy se hagan oír por todo el mundo. Que los rockeros hoy sepan que vale la pena este género y sea que vayamos por una escalera al cielo o una autopista al infierno, es mejor ir hacia allá oyendo rock.


        Que se nutra y are el alma, entonces, querido Sancho, entre ovejas negras y negros acordes, con letras que no rozan la mediocridad, ni se conforman con lo corriente. Y si no les gusta el rock, hay que subir el volumen. "Si he de escoger entre ellos y el rock, elegiré mi perdición, sé que al final tendré razón, y ellos no... ¡Mi rollo es el rock!"



sábado, 7 de mayo de 2016

El amor puro no existe

       Ayer me encontraba esperando a mis compañeros afuera de la oficina del maestro, antes de una evaluación. Como había llegado bastante temprano, decidí aprovechar el rato y leer un poco. En mi bolso traía dos libros: El amor en los tiempos del cólera y Amor puro. Del primero ya habrás escuchado hablar; del segundo me permitiré aclarar que es un libro religioso. Decidí leer el segundo. 

        Mientras leía y me interesaba cada vez más en su contenido, apareció en la escalera uno de mis compañeros. Hizo un ademán de saludo y luego preguntó qué estaba leyendo. Al ver el título del libro frunció el entrecejo y soltó una risa sarcástica, hasta cierto punto lastimera. "No deberías estar leyendo eso" dijo con cierto rigor. Yo esbocé una sonrisa que demostrara mi desinterés por el comentario y le dije un "¡Adiós!" con los signos de admiración bien puestos. Continué con mi lectura.

        Mi amigo siguió subiendo las escaleras y yo no despegué la vista de mi libro [...luna de Plutón está siendo un éxito de ventas en todos los países de habla hispana...]. De pronto, su voz se escuchó desde arriba: "Béker... ¡Eso no existe!". Solté una carcajada. De eso es de lo que quiero platicarte hoy, querido Sancho. Te hablo de eso, te hablo de aquello.


        La pureza del amor es algo inherente al mismo. El amor no es ningún sentimiento improvisado, ni una cosa manipulable. Es verdad que implica decisiones propias y también renuncia, pero si es realmente amor no va a dar en nosotros frutos podridos. El amor es un lirio... aunque estuviera entre fango, seguiría siendo un lirio.

       Negar la pureza del amor, es negar la esencia del amor. Es negar al amor mismo. El amor es puro y si no lo es no es amor... puede ser deseo, puede ser atracción, lástima o una obsesión, pero no amor. Considero, Sancho, que decir que el amor puro no existe, es lo equivalente a decir que el amor es meramente carnal e instintivo, que solamente implica deseos, lascivia y satisfacción. Decir eso, amigo mío, es despreciar la otra parte (quizá más vasta) de la persona: su alma, su corazón, su ser.

       Y no significa que la atracción física o la parte visible sean malas, nada de lo creado por manos Supremas es malo, pero el amor también implica una responsabilidad, no son solamente mariposas del estómago, suspiros y piel de gallina... es un mutuo respeto, valorarme a mí y  a la otra persona. No es una búsqueda de lo que me puede beneficiar a mí. Es un compromiso, por eso requiere mente y corazón, más allá del instinto.

     No imagino un Quijote escribiendo poemas a una Dulcinea, llevándole flores, cancioncitas de amor, diciendo bajar la luna, durmiéndose hasta muy tarde por charlar, pensando en ella todo el día, queriendo verse agradable, llevando chocolates... todo esto sólo con la intención de ganar un favor sexual. No lo imagino. 
      
       ¿Acaso vos, amigo Sancho, o vos Dulcinea, no amarías a alguien si con el tiempo su cuerpo cambiara? ¿dejaría de interesarte si no te ofrece una satisfacción a la libido? ¿no estarías dispuesto a ganarte su corazón más que su cuerpo? ¿acaso cuando estés anciano o anciana no existirá el amor hacia quien te acompañe? Hay tiempo para todo bajo el sol... pero en las sombras todo va a destiempo.

        Hay que darle al amor su lugar, al deseo el propio, al instinto también. Que no se interrumpan uno al otro, que no se desvirtúen. Qué pena pensar que se limite tanto al amor como para no ver tanta bondad que tiene dentro de sí... qué pena que se confundan los lirios con las bellotas... qué pena que se crea que el amor es carne a la parrilla. Realmente hace falta arar el alma, querido Sancho.




lunes, 12 de octubre de 2015

Pero que sea en nàhuatl

Hoy se celebra el dìa de la raza en España, dìa del respeto a la diversidad cultural en Argentina, dìa de la hispanidad en varios paìses de Amèrica. En Nicaragua se conoce como el dìa de la resistencia indìgena. Hay mucho que leer en estas fechas, desde los que celebran sin saber nada, hasta los que critican esta fecha como una fiesta de hipocresìa y fatalidad para con los aborìgenes.

Por hoy, querido Sancho, no me voy a dirigir a vos con tu nombre, sino que en esta ocasiòn seràs Sanxopoxtli Panzatl, porque ¡vamos, es el dìa de los pueblos de Amèrica! Y yo, amigo mìo, estoy muy de acuerdo con dicha celebraciòn, pero con la connotaciòn que se le da en Nicaragua, donde, creo yo, tiene el nombre màs adecuado para la ocasiòn. 


Muchos empezaràn a postear en sus muros de las distintas redes sociales un simple y llano "Feliz dìa de la raza". No estàn siquiera al tanto de lo que significa o el compromiso de esto. Primero porque no es el nombre correcto, como ya se dijo antes. Ademàs, no estàn al tanto siquiera de la historia respecto a este hecho. Sin embargo, ante la necesidad de atenciòn, hay que poner de manifiesto el "orgullo indìgena".

Otros, en cambio, empezaràn a decir que no hay nada que celebrar, porque Colòn trajo no màs que el fin de una era de libertad para nuestros aborìgenes, aquel fatìdico 12 de octubre de 1492. Pero, hermano, Sanxopoxtli, què bueno serìa que estos que critican lo hicieran en nàhuatl, vestidos con huipil, con la cara pintada, y bebiendo pinol... que no lo postearan en su facebook, sino que lo tallaran en una piedra, y que no pasaran el resto del año calzando y vistiendo modas del Viejo Mundo, hablando del Barsa o el Madrid, sin seguir a Nadal o Federer, ni probando las delicias de sus vinos, sin practicar futbol y que empiecen a practicar el tlachtli de nuestros Mayas.



Si las crìticas no fueran del diente al labio, ya se habrìa abogado por que el nombre de nuestra moneda nacional dejara de ser Còrdoba, que tambièn era español, y que empiece a llamarse Darìo,  Diriagèn, o cacao; que Amèrica deje de llamarse asì y que la nombren Moctezuma, Viracocha.

Hoy es un dìa que debe estar centrado en la lucha de los indìgenas, a los que el resto del año no recordamos, un dìa para que los muros se llenen de imàgenes de nuestros ancestros, un dìa para volver a leer la historia, un dìa para redescubrir el nàhuatl,  y tal vez asì celebrarìamos de verdad, y dejarìamos de hablar de lo que no comprendemos. 



Celebro pues esta fecha, no por la llegada de los españoles a la civilizaciòn de nuestra Amèrica,
porque era una cosa inevitable, y bien pudo ser de cualquier otro imperio. Celebro que nuestros ancestros lucharon, celebro la cultura y el legado que nos dejaron, celebro que los niños aùn salen de sus casas en esta fecha vestidos de traje folclòrico, celebro que en Nicaragua aùn se està arando el alma desde la identidad nacional (aunque sea muy somero).


sábado, 10 de octubre de 2015

Reflexión en la ventana del bus

Vas en el bus, amigo Sancho (los burros modernos), y te ha tocado el lado de la ventana. Estás ante la ocasión de ver tu pasado, analizar tus errores, reprocharte si es posible, empezar una discusión con vos mismo internamente, mientras los demás van con la vista al frente, idiotizados en los videos obscenos que se van pasando en el nuevo televisor instalado en el bus para matar el aburrimiento de sus pasajeros. En pocas palabras, la vida te da hoy la oportunidad de reflexionar.

El bus empieza su marcha y la terminal se aleja detrás, hacia los lados pueden verse las últimas casas de la ciudad, y se abre paso la soledad en el paisaje venidero. Ves hacia abajo y la línea blanca parece correr a la par del bus, y más allá el pasto se deforma por la velocidad del vehículo. Todo parece indicar que es el momento justo para empezar con las cavilaciones.


Tantas cosas hay para poder aprovechar este viaje que recién ha comenzado, y que no mucha gente se atreve a disfrutar. Podrías empezar por echar una mirada al horizonte a lo lejos, desde ahí, desde el vidrio, se pueden apreciar las montañas que coquetean con alguna nube, nube quizá negra que te avise que la lluvia pronto te obligará a subir ese vidrio. 

Por algún motivo empieza a haber música al fondo, no del monitor tonto que sigue mostrando videos de banda o de reggaetoneros al frente del bus, sino en tu mente, un susurro, un violín, un piano, un grillo, lo que sea, pero es música al fin. Y comienzan entonces los temas serios a pasar por tu cabeza.

Quizá veás unos niños jugando a la orilla de la calle, si acaso eso es posible, porque vos sabés que ahora los niños no salen a jugar, prefieren ver la tele o el celular. Y vendrán a tu mente quizá aquellos juegos de tu infancia: el ángel de la bola de oro, cuartel, el mundo al revés, quién la anda, el escondite... tanto juego. Y pensarás que te hace falta ese tiempo cuando había menos preocupaciones.



Empezarás a crecer nuevamente desde tu asiento, y tal vez la lluvia empiece a caer. Entonces vas a subir el vidrio y verás con tanta curiosidad cómo se va empañando poco a poco a causa de la humedad. Y afuera un par de novios en su moto acelerarán porque no quieren quedar empapados, y vos vas a pensar que alguna vez quisiste estar con alguien especial bajo la lluvia. Tal vez te dé la tentación de escribir su nombre en la ventana del bus... y quizá lo hagás.

Pasarán muchos, muchos pasajes de tu vida ante tus ojos, tantos problemas que te están agobiando en ese justo momento, pero el aire se siente un poco más liviano a la orilla de esa ventana. Tal vez las penas bajo la lluvia se confunden con las lágrimas del cielo. Entonces llorar no será tanto problema, pero no, no se puede dentro del bus, los demás lo notarían, sería vergonzoso; bueno, eso si notan tu llanto, porque recordemos que van pendientes de la música estúpida del monitor.


Sería una mejor idea empezar a pensar en el futuro. Sí, esos planes que has hecho y que aún no has tenido tiempo de realizar, porque no te has dedicado suficiente tiempo para vos mismo, amigo Sancho. El estudio o el trabajo te han consumido tanto que no te habías dado cuenta que te estás perdiendo de las cosas lindas de la vida, las cosas agradables, más agradables que el dinero, cosas pequeñas como ir al lado de la ventana en un bus pensando en el futuro, en tus sueños y ambiciones, en tu felicidad por alcanzar, en los viajes por realizar, en el éxito venidero.

Pudieras pensar en cosas más profundas aún, podrías ver el arco iris que empieza a aparecer en señal de que la lluvia cesará, preguntarte dónde estará su origen, y su relación con el agua y el sol, el sol mismo que ilumina, el pequeño fotón que llega a las plantas, y las plantas que son un laboratorio, y la botánica, la ciencia, el mundo, la humanidad, la historia, el cataclismo, el tiempo, el fin... pero el fin te ha llegado primero, amigo Sancho, porque ya el bus llegó a su destino.



Es momento ahora de bajar del bus, y continuar con la rutina de la vida. ¿Será acaso la vida una rutina luego de estas profundas reflexiones? Nadie lo sabe, pero ojalá sea distinta al menos para vos, amigo, que tuviste la dicha de aprovechar esa bendita ventana del bus que la vida misma te ofreció no por azar, sino porque la necesitabas... Y ahora no volverás a ver de la misma manera cuando te sentés en el lugar donde va la ventana, porque sabés que en él siempre habrá tiempo para aprovechar el viaje y arar tu alma.


viernes, 9 de octubre de 2015

Los jóvenes están muy solos

Dice una frase que los jóvenes son el futuro de nuestra sociedad, otros aseguran que son el presente... y no sé hasta qué punto esta frase es positiva o negativa. Lo cierto es que afirmar algo así es darles un gran reto a los que pertenecen a esta generación, que a parte de recibir los grandes fracasos de las generaciones pasadas, está construyendo su propia torre de cartas. 

Los jóvenes, querido Sansón Carrasco, están muy solos. Y te das cuenta de ello cuando desde una banca del parque los ves pasar siempre en grupos. Tienen miedo de enfrentarse al mundo por sí mismos, no quieren ver a la soledad de frente, y esto los ha llevado a tomar actitudes, desde su personalidad en formación,  que les encajen en la sociedad actual aunque los aleje de su propósito verdadero: la felicidad.


Los jóvenes están solos, por eso tratan de usar sus redes sociales, que siempre han existido, pero que se han vuelto populares hasta ahora que llega la era digital, cuando se abrieron las puertas para que más y más personas se pudieran "conocer" en todo el mundo. ¿Cuál creés, amigo Carrasco, que sea la intención de buscar tanta atención en los muros de Facebook?, ¿el pedir tanto "me gusta"?, ¿el dichoso "like y te publico"?, ¿las fotos mostrando más de lo necesario? La razón de esto no es el aburrimiento, es la soledad. Los jóvenes le temen a la soledad.

Dejemos a un joven en soledad, sin acceso a redes, y necesitará atención psicológica. Pero qué importa eso si también los que tienen acceso a la red la necesitan. No logran hacerse a la idea de que el mundo no está girando en torno a ellos, que no son importantes para alguien, no soportan estar fuera del foco de atención de la sociedad, no encajar en ella.

Los jóvenes están más que solos, y no les gusta. ¿Qué hay de la manera de vestir?, ¿la música que escuchan?, ¿los temas absurdos de los que platican? Me preocupa que cada día que pasa, nuestros muchachos usen menos la materia gris, y se dejen llevar más por las hormonas. Todo expresa una profunda soledad, un enorme temor a quedarse a un lado, porque el mundo demanda que encajés en el sistema. 



Los jóvenes están muy solos, y sus padres muy tristes, porque la familia ya no es familia, porque los problemas les han superado, porque la rebeldía se vende en todos lados, y porque la inmadurez siempre cree ser capaz de tomar las mejores decisiones.

Si los jóvenes son el futuro de nuestra sociedad, entonces que empiecen a forjar su propio camino, que cambien el rumbo de nuestra desgastada humanidad, que no tengan miedo, que sepan que hay alguna mínima esperanza en ellos, que dejen de esconderse en la superficialidad y se animen a ser ellos mismos, a construir un mundo mejor. Que lo hagan ahora antes que llegue ese futuro y tengan que enfrentarse aparte de la soledad, a la tristeza de no haber sabido qué hacer con su vida.


Aremos nuestra juventud, y sembremos en ella la semilla del pensamiento crítico, otra de autoestima, y una más de moral... y dejemos de ser títeres, Sansón, ya no seamos títeres. Finalizo pues dejándote este video, que entre risas y bromas dice muchas verdades. Te dejo con los grandiosos Les Luthiers, que te lo explicarán mejor




jueves, 8 de octubre de 2015

Las cosas a medias

Hoy quiero invitarte a que te detengás a pensar, bueno, a medio pensar. Si bien es cierto que el hombre es un ser social y sociable, como habíamos dicho en entradas pasadas, también lo es que este lleva dentro de sí a un ser un tanto egoísta y egocéntrico. A través de la historia ha tenido que disfrazar el egocentrismo para poder construir sociedades, reinos, imperios, todo esto manteniendo ocultos sus intereses (no siempre, a decir verdad).

Pero al ser humano le gustan las cosas a medias, no se permite ver enteramente lo que es y lo que no es, prefiere el "puede ser". Esta actitud de los cincuenta por ciento la ha mantenido en casi todos los aspectos, desde el político hasta el religioso (que a veces también es político), el deportivo, profesional, entre otros.

Digo que vemos las cosas a medias, amigo mío, porque utilizamos únicamente una lente para observar, y siempre hemos considerado que nuestra opinión es un dogma y no puede o debe ser contradicho. Nos gusta buscar las debilidades ajenas sin fijarnos en las nuestras, o bien magnificamos las cosas negativas de los que se oponen a nosotros y minimizamos lo bueno que tengan. Todo esto ocurre por el mismo espíritu de egocentrismo y la media visión que tenemos.


Muchos ejemplos hay en la historia, mismos que han llevado a desarrollar las grandes revoluciones, invasiones, guerras y más. Las religiones, por ejemplo, han dividido al mundo entero con el canto de que cada una de las partes del mosaico es la que tiene la verdad, y bajo este canto se han promulgado grandes empresas que han marcado negativamente a la humanidad, como la inquisición, la comercialización de la fe, las falsas profecías, entre otros. Hoy por hoy el mundo las ve con desprecio. Sin embargo, para los que critican, no pueden obviar también el hecho de que la misma religión ha servido a muchas personas, sea con la caridad, educación, alojamiento, servicios de salud, y tantas cosas más.

La ciencia, por otra parte, ha logrado tanto desarrollo y cada día avanza más en todos los ámbitos que se propone. Los grandes saltos que se han dado desde el siglo pasado a este, en las últimas décadas, han demostrado que lo imposible pronto será un término obsoleto. Sin embargo ha tenido también sus atrocidades, mismas que se han pasado por debajo de la mesa, para que nadie se escandalice.  Sólo por citar algunos casos pienso yo en el proyecto MK Ultra, el escuadrón 731, el experimento Philadelphia, el experimento del sueño, los campos de concentración nazi, entre otros.



Por eso digo yo que deberíamos ver las cosas desde todos los puntos de vista posibles, antes de poder emitir un juicio errado. Y pudiera citar aún más cosas que traten de los artistas, de los escritores, de los políticos y más, pero con estos dos ejemplos anteriores que hoy por hoy tienen profundas heridas, basta, querido Sancho. Eso lo comentaremos quizá otro día.


Yo te invito pues, amigo mío, a formarte un criterio, una opinión y saber manifestarla, porque así como lo dicen por ahí, todo lo bueno tiene algo malo y todo lo malo algo bueno. Aprendamos pues a sacarle lo bueno a cada cosa, porque siempre habrá, hermano, gente que dé la cara con orgullo por un sector en decadencia, y me refiero a músicos como Marley, ateos como Chaplin, cristianos como Francisco, y políticos como Mujica. Mientras exista gente así, el mundo verá algún futuro menos ominoso. 




Aremos la vista, querido Sancho, mientras me acompañas a la Ínsula Barataria... donde serás embajador y tendrás que aprender a ver bien, desde todas las perspectivas.